Guillermo y Gustavo Cavigliasso, junta a Ivana y Marcela, sus hermanas, son parte de la empresa, que bajo la batuta de su padre, Oscar, trabajan 3.000 hectáreas propias, a las que se suman 37.000 más entre arrendadas y diferentes formas de convenio que incluyen a contratistas y productores de la región.
El 90 por ciento de la superficie cultivable se hace en siembra directa y, rotaciones cada cuatro años con los cultivos antecesores de maíz y soja. La producción se ubica en poco más de 65.000 toneladas anuales. La otra pata de la empresa familiar está en la industrialización del maní en una planta de 24 hectáreas en la que se procesa toda la materia prima proveniente de los cultivos propios, de los productores y contratistas con los que tienen acuerdos firmados.
“La estrategia de producción está repartida entre campos propios, arrendados y algunas sociedades que tenemos con los productores y contratistas. Ellos siembran el maní, nosotros se lo compramos y lo industrializamos”, detalló Guillermo en charla con PERFIL.
La principal variedad de maní cultivada en la Argentina es la denominada Granoleico, pero la empresa comenzó a utilizar una variedad de un ciclo más corto, para implementar más al sur. “Este año vamos a comenzar a multiplicar una variedad resistente al carbón del maní, la mayoría son desarrollos privados y una parte es del INTA”, detallo Gustavo, a cargo del área comercial.
En ese sentido la empresa provee a los productores de todo el know how, desde la semilla, toda la tecnología de apoyo para el desarrollo del cultivo y la compra de la producción a esos productores. El costo estimado para implantar una hectárea, incluído el arrendamiento, se ubica en unos 1.500 dólares.
La actividad manicera involucra de 3 a 4 personas ocupadas por hectárea: “Para una economía regional como Córdoba, es una actividad muy importante porque genera mucho trabajo”, dijeron. La siembra es anual y se hace entre el 15 de octubre y el 15 de noviembre y el ciclo hasta la recolección tiene 150 días como mínimo. “El cultivo lo realizamos en siembra directa, sobre los rastrojos de maíz o soja, que se rotan cada cuatro años aunque también hay una pequeña porción de los lotes asignados a este cultivo que se realizan en labranza convencional o reducida”, detalló.
La compañía diversifica sus mercados. Del total de la producción unas cinco mil toneladas quedan en el mercado interno y se comercializa de diversas formas. Otras 65.000 toneladas se exportan a diversos destinos. “Hasta hace dos años veníamos exportando maní a granel, pero ahora vendemos el producto elaborado, como maní con chocolate, pasta de maní, garrapiñada, que se exporta en cajas de 25 kilos. Y para el mercado interno logramos colocar nuestra marca “Maní King”, amplíó Gustavo Cavigliasso.
Por Eduardo Bustos para Super CAMPO