El estudio, publicado en Nature Genetics, fue liderado por científicos de Australia y China, incluyendo la Universidad Murdoch (AU), la Universidad Agrícola de Henan (CHN), la Universidad Jiao Tong de Shanghái (CHN) y la Academia de Ciencias Agrícolas de Shandong (CHN). A través del desarrollo del primer pangenoma completo del maní, los investigadores lograron una visión inédita de la diversidad genética de esta leguminosa, evaluando 269 accesiones (recursos genéticos) entre especies silvestres, variedades locales y líneas mejoradas.
La relevancia económica de estos hallazgos es significativa. El descubrimiento de un gen regulador que limita el tamaño de la semilla —el Aharf2-2— y la constatación de que su eliminación permite obtener semillas más grandes abren un nuevo horizonte para el mejoramiento genético de alto impacto. Al aumentar el tamaño y el peso de las semillas, los productores podrían lograr mayores rendimientos sin necesidad de expandir la superficie cultivada, una enorme ventaja frente a los desafíos de la seguridad alimentaria y la sostenibilidad.
“Este es el recurso más completo de variación genómica del maní desarrollado hasta la fecha. Representa una herramienta decisiva para acelerar el desarrollo de cultivos más productivos”, afirmó el profesor Rajeev Varshney, director del Centro de Innovación en Cultivos y Alimentos de la Universidad Murdoch y autor principal del estudio, según se dio a conocer a través del portal digital de la alta casa de estudios.
La investigación también sienta las bases para nuevas aplicaciones en otros cultivos de relevancia comercial, como el algodón y la canola. “Más allá del maní, este conocimiento puede trasladarse a otras especies con potencial de mejora, abriendo oportunidades de negocio en múltiples cadenas agroindustriales”, señaló el profesor Peter Davies, vicerrector de la universidad australiana y director del Food Futures Institute.
En América Latina, donde el maní es una fuente de ingresos para economías regionales y tiene creciente demanda en los mercados internacionales, estos avances podrían ser cruciales para reposicionar al cultivo como un activo estratégico dentro del agro.
Paraguay es el perfecto ejemplo de esto, ya que, según datos del Banco Central, durante el primer trimestre de 2024 las exportaciones de maní llegaron a su récord histórico con ingresos por US$ 4.887.000; sin embargo, el mismo reporte del BCP muestra que durante el mismo periodo, pero de este año, las cifras de las exportaciones del maní cayeron a US$ 1.700.000 (es decir, un 42,4%).
El trabajo realizado por los científicos australianos y chinos logró ensamblar genomas tanto de especies silvestres como cultivadas, permitiendo trazar la evolución genética del maní y detectar genes que inciden directamente en características agronómicas clave.
Con este pangenoma se abre una nueva etapa para la innovación agrícola basada en datos genéticos de precisión. Los resultados permitirán a programas de mejoramiento vegetal en todo el mundo diseñar variedades adaptadas a diferentes climas, suelos y necesidades de mercado.
En un contexto global donde la demanda por alimentos nutritivos y sostenibles no deja de crecer, el maní —grano rico en proteínas, aceite y minerales— podría experimentar una revalorización impulsada por la ciencia. Esta investigación demuestra que la genética puede convertirse en un catalizador de competitividad y crecimiento económico en el agro.
Fuente: Infonegocios