Según Cerutti, medir y censar todo lo posible será fundamental para lograr eficiencia, rentabilidad y la calidad que exige el mercado internacional. La advertencia es clara: sin avances tecnológicos, países competidores como Paraguay o Brasil podrían “subir la vara” y dejar atrás al maní argentino.
Aunque Argentina está entre los países más avanzados en cultivos como soja o maíz, la situación del maní es diferente. No existe aún un sensor de rendimiento específico para maní mecanizado; de hecho, solo entre un 8 % y 9 % del maní mundial es mecanizado, el resto se cosecha a mano en países como China o India. Por eso, Cerutti subraya que la incorporación de innovaciones debe ser gradual.
Un obstáculo histórico es la antigüedad del parque de maquinarias en el país. Herramientas de trabajo que datan de décadas atrás limitan la posibilidad real de aplicar tecnología de punta. Como dijo Cerutti, intentar adaptar equipos viejos sería como “querer pasar de un televisor en blanco y negro a uno 8K”.

La solución, según él, no es descartar lo que existe, sino avanzar progresivamente: combinar lo viejo con lo nuevo, añadiendo tecnología donde sea posible, e invertir en maquinaria moderna con el tiempo.
Además, ante un contexto de precios bajos a nivel internacional, la eficiencia en costos y la mejora de calidad mediante tecnologías de precisión se vuelven el único salvavidas para la cadena del maní.
Fuente: Valor Agregado Agro






















