El cultivo de maní en La Pampa transita una etapa clave de la campaña estival 2025/26 con la implantación prácticamente completada, según el último relevamiento de la Bolsa de Cereales de Córdoba. Al igual que el girasol, el maní logró avanzar con buen ritmo de siembra durante noviembre, ubicándose por encima del promedio histórico para esta altura del año.

De acuerdo al informe, los lotes implantados presentan en general condiciones buenas a excelentes, reflejando una correcta emergencia y establecimiento del cultivo. No obstante, técnicos relevados en la provincia señalaron retrasos puntuales en el crecimiento inicial, principalmente asociados a bajas temperaturas nocturnas registradas durante las primeras etapas del desarrollo.
Clima: el principal factor de atención
Durante noviembre, gran parte del territorio pampeano registró precipitaciones por debajo de lo normal, lo que derivó en escasa disponibilidad de agua útil en el perfil del suelo. Este escenario genera incertidumbre, especialmente de cara a las fases de crecimiento más demandantes en términos hídricos.

Además, los pronósticos climáticos para el trimestre diciembre–febrero indican una mayor probabilidad de temperaturas superiores a lo normal y lluvias inferiores al promedio, un contexto que podría condicionar el potencial productivo del cultivo si no se producen recargas oportunas.
Un cultivo que gana protagonismo
Pese a las condiciones climáticas desafiantes, el maní continúa consolidándose como una alternativa productiva en expansión en La Pampa, acompañando el crecimiento observado en campañas recientes tanto en superficie como en volumen producido. La incorporación de tecnología y el interés de los productores explican, en parte, este avance sostenido.

Perspectivas
En este contexto, el desempeño del cultivo durante las próximas semanas dependerá en gran medida de la evolución de las lluvias. De mantenerse la escasez hídrica, podrían verse afectados los rindes potenciales. Por el contrario, un cambio favorable en el régimen de precipitaciones permitiría consolidar un arranque de campaña que, hasta el momento, muestra buenas bases agronómicas.



















