Se calcula que cerca de medio millón de toneladas de cáscaras de maní se generan anualmente en las casas particulares y en las fábricas de maní, por lo que el gasto que siempre se invirtió en recoger y deshacerse de los restos ha sido astronómico.
Hasta que a alguien se le ocurrió la brillante idea de dar una segunda vida a todas esas cáscaras desechadas que ayudase a respetar el medio ambiente, redujese los costes de recogida que generaba y que encima pudiese dar algún beneficio económico.
Tras investigar cuáles podrían ser las vidas útiles para las cáscaras de maní tras ser recicladas han surgido un buen número de negocios que se encargan de recoger los desechos de los estadios, instalaciones deportivas, bares y otros lugares de consumo para después reciclar y vender como alimento para el ganado o animales de corral, abono orgánico (compost), material para hacer ladrillos ecológicos, combustible (biomasa) e incluso detergente (entre otras muchas utilidades que se les puede dar).
En la ciudad de Villa María, Córdoba, un emprendimiento comandado por la cooperativa de mujeres 20 de octubre, generan materiales para la construcción con cáscaras de maní que desecha una planta procesadora de la región.
“Las placas tienen buenas propiedades de aislación térmica con un índice de conductividad bastante interesante que lo hace apto para revestimiento de muros internos, tabiques y también cielo raso”, dijo la investigadora del Centro de Investigaciones y Transferencia Villa María (CIT-VM), doctora Mariana Gatani. Otros aspectos a destacar es que los bloques son ignífugos y “muy estéticos”, ya que las cáscaras no se trituran y al aplastarlas ofrecen texturas naturales de colores ocre, marrón y amarillo como característica diferenciadora de las placas de madera.
Cabe destacar que, aparte de los beneficios y negocios que se puedan crear en torno a esa segunda vida que se le da a las cáscaras de maní, también hay que tener en cuenta todo el comercio que hay alrededor de la semilla en sí: la famosa mantequilla de maní tan popular en Norteamérica, aceite, champús, jabones, biocombustible, colorante alimentario, insecticidas, pegamento, etc.
Infobae