El mundo más cerca

Por sus dependencias pasa el 48% del maní que exporta el país. Es un volumen importante teniendo en cuenta que la Argentina vende al mundo 600 mil toneladas anuales, y de éstas el 95% sale de Córdoba. Los destinos: Europa, Rusia, India. El boca a boca, su trabajo y responsabilidad fueron la carta de presentación para los clientes. También el participar en ferias internacionales, tanto en el país como en el extranjero.

 

Hace aproximadamente 20 años que están en el mercado y fueron creciendo a la par del sector manisero en la provincia, rubro al que atienden particularmente. Su trabajo es necesario y de suma importancia ya que las empresas que quieren abordar los mercados externos o los importadores que buscan oportunidades entre los proveedores de algún otro lugar del mundo necesitan contactos, que por su amplitud y complejidad requieren de un tiempo y un esfuerzo que Global brinda.

 

El despachante de Aduana es un intermediario entre el exportador, importador y la Aduana; es un sujeto obligatorio y necesario en el comercio exterior. Hay tantas normativas y cambios que hacen su tarea indispensable. “Es muy difícil para un particular porque si no tenés un estudio o conocimiento se pueden cometer errores que salen caros”, dice Lorenzo. 

 

Veinte años no es nada  

La empresa nació en los años 90 cuando tres socios veinteañeros se largaron a la aventura de emprender. Lorenzo estudiaba en Córdoba, comenzó a trabajar en un estudio que hacía comercio exterior. Fue aprendiendo de a poco, pasó desde el archivo hasta el área exportación e importación. 

Fue ascendiendo en la empresa y quedó como responsable del área de exportación de maní en la zona de General Deheza. En ese momento le proponen incorporar a una persona a la empresa y convoca a su amigo de la infancia, Javier Scursatone. 

 

Con algo de experiencia y conocimiento sobre el mercado del maní se desvincularon de la firma. Lorenzo abrió una oficina en la ciudad de Córdoba en la que comenzaron a trabajar Javier y Julio Rivera -este último de General Deheza- quien conocía bien el mercado. Los tres se asociaron e incorporaron a Juan Sambrana, otro amigo de la infancia.

 

Ya para 2003 abrieron su oficina en General Deheza y se trasladaron allí. Se habían lanzado solos, tenían pocos clientes, pero entre su cartera estaba Martín Cubero, una de las empresas más importantes del sector, en ese momento. 

 

 

Con Cubero hicimos también el trabajo de logística y documentación de la empresa, que no es tarea común de los despachantes. “De esta forma nos empezamos a relacionar con las empresas marítimas de Buenos Aires y esto nos sirvió para armar un área de logística y brindar ese servicio”, indica Lorenzo. 

 

Lorenzo recuerda que ese año empezaron con muy poco. “Teníamos un solo cliente, éramos muchos y había poco trabajo. Estuvimos seis meses sin hacer operaciones. Pero de a poco fuimos creciendo y sumando clientes, sobre todo a empresas chicas”.

 

“Recuerdo que alquilamos la habitación de un casa en General Deheza y la usábamos como oficina. Había una grieta en la pared y por ahí, a cierta hora de la mañana, entraba luz del sol”, sonríe Lorenzo.

De a poco fueron creciendo e incorporaron personal. A los dos primeros empleados de la empresa los incluyeron a la sociedad con una proporción menor. 

 

Paralelamente al crecimiento del sector del maní, fueron desarrollándose y sumando más servicios como el de logística y confección de documentación en empresa, sobre todo a las pequeñas que no tienen departamento de comercio exterior y contratan este servicio. 

 

Brindan una prestación completa, tienen a cargo también la logística, es decir el traslado de la mercadería a puerto. Y en este punto Lorenzo comenta: “Lo que hacíamos era coordinar el traslado desde la planta al ferrocarril. Pero después tuvimos que usar camiones porque nos fue imposible seguir usado las vías”. 

 

Con su visión amplia de los negocios y las oportunidades es que armaron Terramar, una empresa que es socia y parte de Global. “Trabajábamos con empresas marítimas en Buenos Aires a cargo de Renato Mora. Ante la imposibilidad de usar los ferrocarriles es que armamos una compañía de transporte. Nace para darle una solución al tema del momento y ante la imposibilidad de comprar camiones es que contratamos y armamos un grupo. Ofrecemos logística y la puesta a bordo de los contenedores. Además compramos el flete marítimo y se lo vendemos. Hoy tenemos 50 camiones trabajando para nosotros y ya incorporamos cuatro de nuestra propiedad”. 

 

Pero no se quedaron allí, en 2011 adquirieron un terreno en el Parque Industrial de General Deheza en donde instalaron un depósito fiscal, llamado Polo Logístico. Es una zona primaria aduanera con 1.800 metros cuadrados. Luego, lo dividieron para armar también un depósito nacional. Allí reciben la mercadería, la almacenan y cuando se va a exportar se pasa a la zona primera. 

 

Siempre atentos a las demandas del mercado, este año empezaron la construcción de una planta para el proceso de legumbres. La idea es brindar el servicio de fasón a los pequeños productores que no tienen lugar. Es decir acondicionarla para exportar. 

 

Este grupo de jóvenes que no para de buscar oportunidades de negocio nuevas está gestionando también un emprendimiento ganadero con la cría y venta de animales en la zona de Idiazábal.

Administran en General Deheza un puerto seco que es de su propiedad y a través de un acuerdo comercial con tres empresas marítimas de Buenos Aires brindan un servicio especial para abaratar el costo de fletes. Cuando llega el contenedor con mercadería a la provincia, se desocupa, ellos en el puerto seco lo acondicionan y lo adaptan para transportar alimentos. Después va a la planta y vuelve al puerto con mercadería. “Con esto se evita enviar un contenedor vacío. Es decir viene lleno y va lleno”, bajando costos para todos los que participan en la operación.

 

Profetas en su tierra 

Con el firme propósito de trabajar en el mercado de Villa María es que se emplazaron aquí. Y para tal están terminando un proyecto para la instalación de un puerto seco en el Parque Industrial y Tecnológico de nuestra ciudad que estará funcionando el próximo año. Hoy están trabajando con algunos clientes de la ciudad, pero aseguran que quieren incursionar en otros sectores. “Somos todos de Villa María pero hace 20 años que trabajamos en la zona de Deheza y ahora queremos insertarnos aquí y tener más presencia con las empresas locales”. 

 

Cada uno en un área 

Lorenzo Rangone es el presidente y fundador de Global. El está a la cabeza pero sus socios lo acompañan. Con tantos años de trabajo ya tienen una empresa sólida en la que definieron cada uno de los roles. 

 

“Hoy, con la estructura que tenemos podemos delegar trabajo y estar bien organizados. Cuando empezamos todos hacíamos todo. Pero ahora cada uno de los socios está encargado de alguna tarea”. 

Javier se desempeña en la oficina de Villa María, pero después se va a trasladar al Parque Industrial a coordinar el funcionamiento del puerto seco. Juan es el encargado del depósito fiscal en General Deheza, junto a Julio. Aunque Juan se va a conducir la planta nueva de legumbres. 

 

Renato Mora y Pablo Lugo, socios de Terramar Logística están a cargo de la oficina de Buenos Aires. Darío y Evelin, socios minoritarios están en la administración de la oficina de General Deheza y Lorenzo en la administración general de Global y recorre los campos.

 

Fuente: Claves