De todos modos, no hay coincidencias en el mundo manisero respecto a cuánto se reduciría el área del cultivo.
Un informe de TodoManí en el mes de setiembre indicaba que la caída podría superar el 10% ( ver nota en http://www.todomani.com.ar/mani/notas.asp?nid=477 ), pero no está todo dicho, ya que técnicos de grandes empresas que juegan en el sector, calculan que la reducción del área será de solo un dígito, cercana al 5%, mientras que otros la estiman muy superior al 10%.
Recordemos que la primera estimación de la Bolsa de Cereales de Córdoba daba cuenta de que la intención de siembra de maní en Córdoba sería de 329.000 hectáreas, un área un 4% inferior en comparación al ciclo 2013/14. Si además de Córdoba, se computan las intenciones de siembra de maní en La Pampa y San Luis, la superficie se ubicaría en 368.000 hectáreas, y en esos casos, también se operaría un descenso, del orden del 4,8%.
La marcha del cultivo
“A pesar de la falta de agua el cultivo marcha normalmente, y en general se está estableciendo, y en etapa de crecimiento”, dijo Miguel Reynoso, técnico de Aceitera General Deheza, empresa que explica más de 40 mil hectáreas del área manisera argentina.
La siembra fue dándose en función de las condiciones de humedad, y este fue el principal desafío, ya que hubo lluvias menores a las esperadas y muy “bolaceras” o irregulares, lo que complicó la implantación del cultivo sobre todo en el sur de Córdoba, en cercanías de La Pampa, y en el centro norte de Córdoba, en la zona de Oliva, Oncativo, Despeñaderos, por citar algunas localidades referentes.
Donde mejor se ha establecido el cultivo, es en el este del área, es decir en el este del Departamento Juárez Celman, y sur del Departamento Unión (zonas de La Carlota, Canals), y si bien la irregularidad de las lluvias es una complicación, no impacta tanto al maní, uno de los cultivos más resistente de toda las opciones en cosecha gruesa.
En cuanto a amenazas hubo algunos ataques de cortadoras, aunque en esta etapa todos los focos se los llevan las malezas, ya que es necesario hacer aplicaciones de herbicidas posemergentes para proteger al cultivo. “En esta etapa se hacen los primeros tratamientos posemergentes para ponerse a salvaguarda de malezas y también para prevenir la aparición de malezas, para no estar obligado al uso de herbicidas residuales”. De todos modos, el técnico de AGD puntualizó que “el golpe de calor demoró estos tratamientos y se han hecho algunos tratamientos nocturnos, por la mayor humedad relativa ambiente y otras variables que se ponen a favor como la disminución de los vientos, y una menor disposición defensiva de las malezas. La recomendación sería revisar lote y hacer estos tratamientos a tiempo”.
Recordemos que la sequía está haciendo estragos en zonas de Córdoba, en especial en la zona núcleo manisera como Ticino, General Cabrera, General Deheza y Adelia María. “En el caso de los maíces te diría que algunos lotes ya están perdidos, y si bien hay muy poco maíz de primera, el impacto de la falta de agua y el golpe de calor, ha sido demoledor”, apuntó Reynoso.
En enero al cultivo de maní lo espera la primera aplicación de fungicidas, para prevenir viruelas y otras enfermedades, aunque dependerá (otras vez) de las condiciones climáticas. En Argentina el promedio de aplicación de fungicidas está en el orden de 1,8 a 2, aunque en años con mucha presión se realizan 3 tratamientos.
A nivel de mercados, la gran cosecha en EE.UU. no ha sido registrada por los mercados, ya que a pesar de sus ingresos, el mercado no presenta ni trastornos, ni comentarios adversos, y los precios se mantienen en niveles aceptables.
Un renglón aparte en este 2014, lo constituyó el costo de los alquileres, ya que la campaña comenzó muy tranquila, con valores razonables (de 500 a 700 dólares por hectárea, dependiendo de la calidad del lote), y terminó con algunas excepcionalidades, con empresas convalidando valores muy extremos, del orden de 800 a 900 dólares en el final de campaña, cifra que pone en serio riesgo la rentabilidad del cultivo.