Todo Maní: Una reflexión sobre la situación actual del cultivo.
Ricardo Pedelini: Creo que llegamos al techo con las tecnologías actuales. Hay cosas que son básicas como por ejemplo que no tenemos cultivares nuevos. El 90% de la siembra se hace con un material que fue liberado hace 18 años y en todo ese tiempo el área se expandió y la producción creció. ¿Cómo puede ser que en La Pampa, Buenos Aires, Santa Fe y Córdoba sembremos todo lo mismo? Bueno, evidentemente necesitamos un programa muy fuerte de mejoramiento genético como para encontrar variedades que sean tolerante a enfermedades tan importantes como el carbón y que se adapten a esos nuevos sistemas de producción.
TM: ¿Desde el punto de vista del manejo hay novedades?
RP: No. Justamente en las áreas nuevas, además de utilizar diferentes variedades deberíamos tener un desarrollo distinto. En EE.UU.está muy difundida la siembra en doble hilera que acá se empezó a hacer pero como no contamos con las variedades adecuadas se hace de la misma forma en todos lados.
TM: ¿Por dónde vendrán las novedades en los próximos años?
RP: El aporte de las tecnologías de la información será decisivo en los próximos años. Hoy todavía sabemos que pasa en el campo porque lo recorremos con una camioneta, pero ya hay tecnologías para generar datos de absolutamente todo lo que sucede en un lote y analizarlos en conjunto. Si el cultivo está dañado por plagas, por falta de agua, falta de nutrientes, registros históricos para tomar decisiones de fecha de siembra, aplicaciones fitosanitarias y todo disponible en el momento.
TM: ¿Desde el punto de vista de la biotecnología?
RP: Por supuesto. Yo recuerdo cuando se diseñaron las plantas de maíz con hojas erectas para captar mayor cantidad de luz solar y no competir entre ellas. Ahora por ejemplo se está trabajando en la arquitectura de las raíces para que no se desarrollen hacia los costados sino en profundidad para poner mayor cantidad de plantas en una misma superficie y que no compitan con el resto de las plantas. Pero son todos avances que se hacen más rápido de la mano de las nuevas tecnologías. Por eso creo que la genética va a ser su aporte y de hecho los criaderos están trabajando en eso, pero es solo una parte. En el maní, si queremos avanzar más rápido debemos atacar todos los aspectos juntos.
TM: ¿Qué nos enseñó la campaña pasada?
RP: Evidentemente que el tema de los alquileres es un punto importante. Pero también en cierto que tenemos un sistema de producción muy inestable. La mayoría de los lotes son alquilados y una gran cantidad de ellos se entregan dos meses antes de la siembra, entonces tenemos muchas desventajas, no conocemos la historia sobre su fertilidad, manejo de malezas y rotación, por ende es muy complicado.
TM: En Argentina existen otras regiones con aptitudes para el maní como el norte argentino ¿Por qué no se desarrolla el maní allí?
RP: Yo he trabajado mucho en esas zonas y realmente es muy complicado. La falta de caminos y mano de obra es clave. Pero además, una vez que tenes la cosecha traerla desde allá tiene un flete muy caro. Por eso se sigue cultivando mayormente en esta zona.
TM: ¿Se expandirá el área manisera en los próximos años?
RP: Creo que la expansión del cultivo va a estar ligada a su demanda. Desde mi punto de vista no tenemos más capacidad de crecimiento. Si decimos que tenemos un millón y medio de hectáreas aptas para maní y queremos hacer una rotación cada cuatro años, no da más que para 400 mil hectáreas que es el número al que llegamos en éstas últimas campañas. Insisto, dependerá de la demanda pero también de la capacidad que tengamos para adaptarnos a los nuevos tiempos, generar variedades y tecnologías de manejo que nos permitan explorar nuevas regiones.
Precios del Maní
