¿Quién es el nuevo presidente de la Cámara Argentina del Maní?

Oriundo de Coronel Moldes e integrante de una familia productora agropecuaria, comenzó sus estudios en la Universidad Nacional de Río Cuarto en el año 1987 de la que 5 años más tardes, saldría con el título de Ingeniero Químico. Trabajó en Petroquímica Río Tercero durante casi un año, pero al año dejo la labor para rendir las últimas materias y terminar la carrera. Poco tiempo después le surgiría la oportunidad de ir a trabajar a Aceitera General Deheza.

 

En septiembre del 1993, ingresa a la planta de maní blancheado en Villa Mercedes como encargado de calidad, hasta que en el año 96 la empresa decide hacer una planta de descascarado en Alejandro Roca donde lo nombran su gerente. “Ya en el año 99 me ofrecen ir a Buenos Aires para tomar la parte comercial y me quedé hasta el año 2001. Luego regrese a General Deheza donde comienzo a desarrollar nuevas tareas, además de las comerciales, me meto con la parte productiva, compras y administración” narra Martinetto. Luego de varios años de trabajo llegaría a convertirse en el responsable del Departamento Maní de AGD.

 

¿Cómo el maní argentino se convierte en el número uno del mundo?

Hace 25 años atrás las empresas no tenían contacto directo con los clientes. En Europa, principalmente en Holanda, había grades intermediarios denominados “Dealer” que compraban todo el maní en época de cosecha (Mayo a Octubre). “Por aquellos años, el área implantada sería la mitad de la que se tiene en la actualidad y si bien ya se sembraba la variedad Runner el promedio de rindes era más bajo, en torno a los 25 quintales. De la mano de buenos manejos, rotación, siembra directa y tecnología, fueron aumentando”.
 

La calidad de maní que se vendía era estándar, la calidad 1 establecida por SENASA. Los compradores (Dealer) almacenaban todo el maní en Europa y luego se lo vendían a sus clientes, haciendo de nexo entre la oferta y la demanda. Alrededor del año 2000 estos “dealer” desaparecen por cuestiones de rentabilidad y fue donde el negocio para las empresas argentinas cambió. “Fue ahí donde tuvimos que salir al mundo para conocer a nuestros clientes y operar directamente” -dice Javier- “Eso implicó muchos cambios, no solo en la venta, sino también en la logística y almacenado. Esa es una de las razones por las cuales argentina ha invertido tanto en almacenamiento, porque al eliminarse los dealer, el stock se empieza a hacer en Argentina”.

 

Otro de los grandes cambios fue la calidad. De vender una estándar para todos, se fue adaptando a las especificaciones de cada cliente. “Pasamos de un negocio de commodities a un negocio commoditizado. Así fue cómo surgió la certificación de calidad en origen para garantizar que el producto llegaba en las condiciones óptimas” apuntó.

 

“Antes no éramos tan confiables” asegura Martinetto debido que ante cualquier problema climático la cosecha fracasaba. Hoy a pesar de todos los problemas y los embates climáticos que el sector ha sufrido, está preparado para minimizar el impacto y que esto no afecta la oferta a los mercados internacionales.

 

Estar a la altura de la demanda y los principales consumidores mundiales tiene un costo muy alto. Sin embargo las empresas maniseras siguieron al pie de la letra las recomendaciones y hoy en día, el nivel tecnológico de las plantas procesadoras es motivo de elogio por parte de los mayores productores del mundo.
 

“25 años atrás cada 100 kilos de maní, el 40% iba a exportación para consumo humano y el resto para producir aceite. En la actualidad cada 100 kilos de maní en grano el 80% se exporta y solo el 20% va a la producción de aceite” destaca Martinetto y asegura que “eso se logra con calidad de producto, desarrollo de mercado, cumplimiento de los contratos y la seriedad comercial con la que el sector se ha desenvuelto. Eso nos llevó a ocupar el lugar que hoy tenemos.

 

Argentina y una deuda pendiente

A contramano de la tendencia de las Pymes argentinas, que luego de aciertos y fracasos en el mercado interno se animan a salir al mundo de la mano de nuevas alianzas comerciales y el apoyo del estado, el Cluster Manisero triunfa en los mercados internacionales y trabaja para conservar el lugar que ha ganado. Pero no puede decir lo mismo del mercado interno.

 

Esto tiene varios fundamentos, quizá el más importante sea que la sociedad argentina no es gran consumidora de maní. Pero también, el sector asume no haber tenido una política de comunicación a nivel nacional. Pero todo cambia…

 

Desde la cámara aseguran que en este nuevo ciclo  que comenzó hace seis años, una de las principales líneas de trabajo es la de levantar el perfil y difundir la importancia que tiene ésta economía regional para Córdoba y Argentina. “El hecho de que el 95% de la producción se venda en el exterior nos hizo mantener un perfil bajo y acá no nos conocía nadie”- bromea Martinetto- “y si bien la intención no es tener un perfil alto, pero si queremos difundir la importancia del sector, que la sociedad sepa que somos el primer exportador de maní de calidad en el mundo, que generamos el 12% del total de las exportaciones de la provincia de Córdoba, ingresos por millones de dólares y más de 12.000 puestos de trabajo directo”.

 

Mucho por hacer y crecer

El ingeniero Martinetto ocupó el puesto de vicepresidente de la Cámara Argentina del Maní por seis años consecutivos y ahora la presidirá por dos años más. Entre la misión y objetivos planteados resalta: “Vamos a continuar difundiendo la importancia de nuestro sector y del maní como alimento, sobre todo en argentina. Aquí el consumo per cápita es muy bajo comparado al del resto del mundo. A nivel mundial el consumo de frutos similares como la nuez y la almendra ha crecido tremendamente por estar asociado a la prevención de enfermedades cardíacas. El maní es una gran oportunidad ya que tiene todas las características que tiene la almendra y la nuez, y encima es más barato”.
 

Una de las premisas que fijo al asumir la actual administración nacional que preside Mauricio Macri hablaba de la necesidad de que Argentina se convertirse en el supermercado del mundo. En este sentido el presidente de la CAM sostiene que: “El maní argentino tiene todo para hacerlo, estamos preparados para seguir agregando valor. Hace 25 años solamente exportábamos maní en grano con piel y hoy el 60% es blancheado y crece la exportación de pasta y tostado. El salto es poder exportar el maní en paquetitos y para ello Argentina tiene que negociar bajar las barreras arancelarias de los países de destino”.

 

De allí la importancia del acuerdo que se está tratando entre Mercosur y Europa. “Lo que puede devenir es una explosión de valor agregado para el sector y eso es muy importante porque cuando se pasa de un big bag a paquetitos de 50 gramos la mano de obra se quintuplica” finalizó.