Si algo es seguro es que el maní da revancha. Como dice un pequeño productor manisero “para mí es como un Mundial, porque me da revancha cada cuatro años”. Ese mismo productor, hoy es uno de los más complicados por efecto de la sequía y el aumento de los costos de producción. Difícilmente vuelva sembrar maní, al menos en esta campaña.
Pero tampoco se salvaron las grandes. El fuerte impacto de la sequía ha hecho que las empresas no estén cómodas financieramente y lo demuestra la abrupta caída en los valores de los arrendamientos que se han pactado hasta unos U$S 400 por debajo de los que se convalidaron en la campaña pasada que por cierto, estaban fuera de cualquier análisis.
El segundo dato a conocer es que en la campaña 2018/19 reinarán los pagos a cosecha. En épocas de “vacas gordas” no solo se pactaban alquileres altísimos sino que éstos se pagaban de manera anticipada, por lo que el complicado escenario económico financiero por el que atraviesa el sector en general dicta nuevas o mejor dicho, viejas reglas de juego.
Otro dato que se desprende al conversar con importantes interlocutores del sector manisero tiene que ver con una disminución en el área a implantar que algunos aseguran se reducirá en, por lo menos, un 20%, lo que no es para nada descabellado si se tiene en cuenta que se viene de tres campañas de constante crecimiento en el área sembrada pero que ha sido duramente castigada por el clima.
En el plano internacional, la demanda europea está tranquila lo que se debe básicamente al período vacacional del Viejo Continente. Por el lado de Estados Unidos la cosecha es buena, se sembró menos pero están pronosticando una producción por encima de los 3 millones de toneladas.
El presente es complicado, los costos de producción son de los más altos, el maní tiene buen precio pero Argentina no tuvo una buena cosecha. Comienza un nuevo tiempo y veremos si el clima puede “amigarse” con el maní en ésta nueva campaña ya que, como indican los expertos en ciencia de la atmósfera, sería un año neutro con períodos de buenas precipitaciones.
La moneda está en el aire.
Luciano Aguilar – Redacción TodoManí
Precios del Maní
