La investigadora del Centro de Investigaciones y Transferencia Villa María (CIT-VM), doctora Mariana Gatani, trabaja en una iniciativa basada en el desarrollo sustentable a partir de una mirada tecnológica innovadora, accesible y cuidadosa del ambiente.
El proyecto, que se ejecuta en el ámbito del Instituto Académico Pedagógico de Ciencias Sociales, propone generar materiales para la construcción con cáscaras de maní. Este emprendimiento es impulsado con las trabajadoras de la Cooperativa 20 de Octubre en el marco de una iniciativa del Instituto Municipal de la Vivienda (IMV). Los primeros bloques fabricados fueron utilizados para revestir una pared del Vagón Cultural recuperado en barrio Las Playas.
En los últimos años, una importante cantidad de residuos de origen urbano, industriales o agroindustriales fueron reutilizados en la producción, y el sector de la construcción se transformó en un destino alternativo para aquellos que no pueden volver al ambiente en forma sustentable. En ese contexto, el IMV comenzó a planificar el desarrollo de viviendas sustentables y los investigadores del CIT-VM se constituyeron en asesores en el uso de tecnologías para la aplicación.
Desde allí se focalizaron en el recupero de agua, la utilización de paneles térmicos y fotovoltaicos, y la construcción con materiales reciclados. “Fuimos desarrollándolos en pos del gran marco que es la eficiencia energética y los proyectos de vivienda eran sometidos a programas de simulación informática para hacer prospectiva del desempeño y los consumos, y aplicar nuestros materiales consistentes en placas de cáscaras de maní en revestimientos y cielo raso”, explicó la investigadora.
La elaboración de algunos componentes se realizó con el aporte de la empresa Maglione Hermanos, de la localidad de Las Junturas y cuando el IMV les demandó la realización de dos mil placas consiguieron las prensas para trabajar con la cooperativa de mujeres y se abrió “la posibilidad de aplicar el conocimiento científico” que habían desarrollado.
Cómo se fabrican
El trabajo consiste en procesar las cáscaras de maní en un tamizado para eliminar el polvo y las partículas finas, luego se homogeniza con una resina libre de compuestos orgánicos volátiles (y así evitar el olor de las resinas industriales), se compacta con una prensa en alta presión y temperatura, luego se mejoran los bordes y son aplicados en componentes para construcción.
“Las placas tienen buenas propiedades de aislación térmica con un índice de conductividad bastante interesante que lo hace apto para revestimiento de muros internos, tabiques y también cielo raso”, dijo Gatani. Otros aspectos a destacar es que los bloques son ignífugos y “muy estéticos”, ya que las cáscaras no se trituran y al aplastarlas ofrecen texturas naturales de colores ocre, marrón y amarillo como característica diferenciadora de las placas de madera.
Según la investigadora, el revestimiento de un sector del Vagón Cultural “opera como panel demostrativo” que aportó el equipo junto a las luminarias, mesas y portalápices de material sustentable. “Ahora trabajamos en un proyecto para instalar una línea de producción con la Cooperativa 20 de Octubre, conformada por mujeres de Villa María que están elaborando losetas y bloques de concreto, y vemos que será una alternativa para diversificar su trabajo y generar un oportunidad de empleo”, afirmó.
Reconocimiento
El Vagón Cultural está dotado en su interior con dos baños y un amplio espacio donde se dictarán talleres culturales. Durante la inauguración, el intendente Martin Gill destacó el aporte realizado por los investigadores del CIT-VM que se sumaron a la labor de los vecinos para “ofrecer soluciones” a demandas puntuales de la comunidad. “Estamos muy contentos por lo que hemos alcanzado, pero no por el resultado sino por lo que vivimos como proceso”, enfatizó el mandatario. Asimismo resaltó la importancia de “la educación sin límites y hasta la universidad” como un derecho que “permite, junto con la cultura, tener más oportunidades”.
Cabe destacar que el CIT-VM entró en funcionamiento en el año 2013 bajo la dirección del doctor Jorge Anunziata con el objetivo de orientar el sistema científico hacia temáticas estratégicas para el desarrollo y la propuesta de investigar para resolver los problemas de impacto regional y potenciar la transferencia de tecnología de la comunidad científica a la sociedad.
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